¿Y si la idea no llega?

El inicio de un año siempre arranca con buena energía y con ganas de cumplir todo lo que soñamos, y te aclaro que mi intención no es pinchar ese globito, por el contrario, es ayudarte desde la realidad a que lo puedas alcanzar. 

Día tras día busco diseñar herramientas, crear alternativas que levanten las barreras que se presentan,  y mecanismos que nos permitan creer en ese camino que elegimos al momento de comunicar nuestras ideas, posturas, visiones, etc. 

Una de las más comunes es pensar que lo que tenemos para decir no es relevante, oportuno, completo, perfecto… y podría extenderme aún más en razones hasta llegar al punto de sentir que no tenemos una idea que vale la pena compartir.

76% de las personas consideran que no tienen nada valioso para aportar y 84% siente que aún su idea no está lista o que no es lo suficientemente idónea.

Si en algún momento has pensado algo así espero que en este artículo encuentres razones para eliminar esa idea de tu cabeza y animarte a saltar al agua sin miedo, al final de cuentas no son las ideas perfectas las que transforman el mundo, las que lo hacen son aquellas que se entregan de la manera correcta - ojo no dije perfecta-.

En artículos anteriores como Vamos a sepultar el qué dirán (léelo aquí) hablamos de los temores de aceptación, pero nos hemos preguntado ¿qué podemos hacer si la razón no está afuera sino en nuestra cabeza?.  Primero veamos cómo llegar a esta conclusión y hagamos una verificación -  tal y como lo has descubierto en otras conversaciones, este es un camino de autoconocimiento que me gusta mucho.

Para cumplir con esta corta misión te invito a sintonizar desde la honestidad para conocerte y a verificar si:

1. Tienes una vocecita que justo cuando llega la oportunidad te susurra: “no lo digas, vas a quedar mal, mejor guarda silencio para no hacer el ridículo”.
2. Cuando has avanzado en la organización mental de lo que quieres decir vuelve la misma vocecita, pero esta vez te grita: “¿qué tal que eso no sea correcto?, ¡te puedes meter en un lío!, ¿cómo vas a sustentar eso que dices si no eres expert@?”
3. Ya la vocecita no necesita aparecer, debido a que ante la oportunidad, siempre tienes una buena excusa para no compartir las ideas.  

Piensa en esos momentos que has dejado pasar, revisa si estas situaciones se te han presentado antes y analiza qué otras has vivido, porque seguro hay tantas como personas en el planeta. 

Insisto que hasta el momento el mejor camino que hemos encontrado en nuestro laboratorio para desarrollar la habilidad comunicativa exige  tres cosas a quien quiere trabajar en ello: 

Conocerse para saber con qué cuenta y con qué no. 

Reconocerse para tomar decisiones en cuanto a qué aspectos son los que realmente está dispuesto a trabajar para lograr lo que se proponga. 

Volverse un gran administrador de sus características. 

Así que si ya te identificaste y completaste la tarea anterior es momento de analizar en qué etapa de esta secuencia estás. 

Si necesitas una herramienta para dar el primer paso te invito a hacer nuestro autodiagnóstico haciendo clic aquí.

Independiente de la respuesta esta claro que si yo no me la creo es difícil que alguien más lo haga. El hecho de no creer en nosotros hace que dudemos de nuestras ideas y que pongamos una capa de niebla ante las oportunidades que están al alcance de tod@s. 

Por eso mi siguiente invitación es a entender cómo se encuentran esas ideas - si nos alcanza el tiempo ideal de lectura vamos a explorar junt@s cómo organizarlas y entregarlas, y si no, me comprometo a compartirte luego los artículos que sean necesarios para profundizar en cada punto-. 

Empecemos por buscar inspiración de l@s maestr@s. Yo ya me tomé la tarea de anticipar parte de tu trabajo, así que si te gustan las charlas TED esta es mi Lista Curada, explórala aquí, pero si prefieres hacer la tuya estas son algunas recomendaciones:

1. Busca lejos de tus contenidos habituales y ojalá de tu campo profesional / laboral.
2. Conversa del tema con otras personas, es altamente probable que te muestren cosas distintas.
3. Empieza por contenidos cortos, sencillos y que repiten los formatos que te gustan (por ejemplo si no te apasiona leer no busques el libro con los mejores discursos de la historia).
4. Ponte una frecuencia realista de exploración y por supuesto, de revisión del contenido.
5. Puedes hacer de esto un juego hasta que se te transforme en hábito y allí encontrarás inspiración en casi todo.

Este tipo de acciones te activarán la sensibilidad y te mostrarán que el espectro de posibilidades para las ideas es infinito. También te ayudará a derribar mitos o imaginarios como:

• Las ideas tienen que ser nuevas.
• Sólo los expertos tienen grandes ideas.
• Debes concéntrate solo en el problema para llegar a una buena idea.

Por favor complementa estos enunciados con miles de afirmaciones que están rondando tu cabeza. 

Además de activar nuestros cinco sentidos al observar y analizar contenidos que nos conecten, vamos a ver qué tienen de extraordinario, qué es eso que hace que nos mantengamos atentos y concentrados, pero es importante revisar qué tipo de idea nos están entregando y qué es eso que la vuelve tan especial. Vas a identificar con lupa sus cualidades.

Es posible que rápidamente te des cuenta que gracias a eso que acabas de ver, leer o escuchar algo ha cambiado en ti, pero también es seguro que si revisas la información con detenimiento descubras que no es algo 100% desconocido o nuevo para ti, o que al menos tiene una serie de elementos que son comunes y hasta cercanos,. Es aquí en donde aparece buena parte del sustento de la capacidad única que tenemos todos no solo de enamorar sino de comunicar ideas brillantes. 

Y como prometí que no haría un tratado acerca de este tema, consciente de que ya con estas misiones tienes tarea para un buen rato, sólo quiero dejarte pensando qué es eso que has aprendido, vivido, soñado, ideado, que pueda servir a otras personas, seguro que allí tienes una idea poderosa. Si la descubres después de leer estas palabras me encantaría que me las compartieras vía @paularinconconciencia.

Con un abrazo te entrego esta dosis de ConCiencia de comunicación y me quedo con la misión de desarrollar los artículos futuros que te mencioné hace un momento.