Tenemos todo lo que se necesita

Jun 25, 2023

Sabemos que la capacidad de comunicación es ese recurso fundamental que nos permite expresar ideas y emociones, conectar con otras personas, y lograr nuestros objetivos.

Pero a pesar de su importancia, esta no es una habilidad que se enseñe desde la infancia, o al menos no de la manera correcta. Sigue leyendo para que puedas descubrir las razones.

Cada una de estas razones se relacionan con la realidad de un buen porcentaje de la población que enfrenta enormes desafíos para desarrollar y consolidar esa destreza, y que cada día debe sobrevivir a una deficiencia que limita su impacto y disminuye las posibilidades de éxito en su vida personal y profesional.

Esta realidad es la base de mi obsesión por crear entrenamientos, espacios de investigación, de conversación y una serie de herramientas que transforman una situación que afecta tanto.

 

HABLAMOS DE UNA HABILIDAD

 

La buena noticia es que la capacidad de comunicación es una habilidad que puede ser desarrollada independiente de la etapa de la vida en la que estemos. Aclaro que lo ideal es hacerlo pronto.

El conocimiento de situaciones difíciles como el pánico, el desempleo, los límites y barreras en el desarrollo profesional, las frustraciones, los desastres en los espacios personales y muchos otros universos que han llegado con las personas a quienes acompaño en mi ejercicio profesional me conducen a navegar por la ruta del comportamiento para diseñar capacitaciones que me permitan activar rápidamente sus características únicas.

Si conocemos nuestras habilidades y tomamos conciencia de los patrones que seguimos, vamos a poder trabajar en el desarrollo de capacidades específicas, como la escucha activa, el lenguaje y la empatía, hasta hacer de la voz una herramienta poderosa y efectiva en cualquier ámbito de la vida.

Buscando resultados inmediatos y sostenibles, me encuentro con uno de los mayores desafíos para la misión de mejorar la comunicación: superar los mitos y creencias limitantes que rodean a esta capacidad, como por ejemplo personas que aún hoy consideran que es un don" cuando en realidad se trata de una habilidad que se puede desarrollar con práctica y entrenamiento, o que consiste solo en hablar en público, que nada tiene que ver con su cotidianidad omitiendo una realidad y es que se extiende a todas las formas de interacción social.

También es muy usual encontrar personas que como mecanismo de supervivencia han acudido a soluciones aparentemente fáciles y rápidas como tips y fórmulas asociadas a la proliferación de supuestos expertos que lo han logrado y que promueven su solución como un 1, 2, 3 a la medida de cualquier necesidad.

Sin embargo, esto puede ser contraproducente, ya que la construcción de una habilidad como la comunicación requiere de un enfoque más profundo y personalizado, la camisa que le sirve a uno no le queda a todos, no ver el camino de esta manera puede hacer que las deficiencias tarde o temprano se vuelvan exponenciales.

Si quieres leer un poco más te invito a revisar, ¿por qué nos cuesta tanto cambiar lo que no funciona? 

Otro desafío importante es entender , reconocer y eliminar las barreras emocionales y psicológicas asociadas a malas experiencias, miedos y en general a la falta de confianza, en las propias ideas y habilidades. 

Es comprensible, también, que en este mundo en donde la visibilidad y el impacto de nuestras palabras y acciones pueden llegar a millones de personas en cuestión de segundos, nos sintamos en riesgo, que nos preocupe cometer errores...

Sin embargo, esta misma realidad nos ofrece una oportunidad única para hacer uso estratégico de nuestra capacidad de comunicación y lograr objetivos que antes eran inimaginables.

 

CUIDADO

 

Me encantaría que con el tiempo que dedicas a la lectura, no solo reiteres la relevancia de este recurso en tu vida, me gustaría que verificaras unos ejemplos de los mitos y barreras que encuentro con frecuencia. Si te identificas con ellos te invito a ponerte en la tarea de resolverlo y para ayudarte a hacerlo los acompaño con análisis y mediciones que espero te ayuden a superarlos.

 

Empecemos con la popular afirmación de que la comunicación es innata, hablemos de ese -Don de la palabra- una expresión que hace referencia a la creencia griega de la existencia de una capacidad otorgada por los dioses solo a algunas personas para expresarse de manera efectiva y persuasiva .

Su origen se remonta a la antigua Grecia, donde la retórica era una habilidad muy valorada y considerada esencial para la política y la filosofía. 

Dato curioso: los oradores competían en los Juegos Olímpicos en donde demostraban sus habilidades en la retórica y persuasión. Los griegos creían aquellos que lo poseían, eran especialmente aptos para liderar y gobernar.

Esta expresión ha superado el tiempo y se ha convertido en un término común para referirse a la habilidad para comunicarse de manera impactante, pero al respecto se han realizado diferentes estudios, que nos permiten aclarar si en realidad, aunque todos los seres humanos nos comunicamos, solo algunos pocos tienen capacidades extraordinarias y el hallazgo es claro: esto no es cierto. 

Por ejemplo, espacios como "Journal of Communication" han corroborado que “la comunicación es una habilidad que se puede aprender y mejorar con la práctica y la retroalimentación constante”, por lo tanto, no es ningún don, no se nace con esto, no lo entrega una deidad, es algo que se desarrolla, tú lo tienes y simplemente como en la mayoría de capacidades, tu misión eLa comunicación NO ES s dedicar tiempo, esfuerzo y conocimiento a trabajar en ello.

Otra conversación frecuente está asociada con los rasgos de personalidad y llega cargada de la creencia de que la comunicación efectiva es solo para los extrovertidos.

Vamos a ver a qué se refieren cuando traen esta palabra a nuestros espacios, hacen referencia a alguien sociable, hablador y enérgico en su comportamiento y relaciones, que disfruta estar en compañía de otras personas y ser el centro de atención. 

Si sigo indagando me encuentro con afirmaciones como: saben expresar sus sentimientos y emociones de forma abierta y directa, o, no les da pena nada.

Y si pregunto por el polo opuesto, los introvertidos, esto es con lo que me encuentro es con alguien que tiende a centrarse en su mundo interior y se siente más cómodo en contextos tranquilos, que prefieren actividades individuales y se abruman en algunas situaciones sociales, pero también aparecen características como ser oyentes y observadores, o tener la capacidad de procesar la información y las emociones antes de expresarlas. 

No voy a meter en esta conversación un rasgo que aparece en estos diálogos y es la posibilidad de ser ambivertidos (ojo no es un punto medio, es tener un poco de los dos), simplemente te quiero dejar una idea y es que la medición y la observación nos han demostrado que todas las personas pueden ser efectivas en su comunicación, siempre y cuando se sientan cómodos y seguros.

Tu eficiencia no está atada a un rasgo o característica, sino a la intención genuina de entregar las ideas. 

La siguiente creencia es que solo debo cuidar la comunicación cuando voy a hablar en público. Tener esta noción inmediatamente hace que las personas corran riesgos por torpeza en cada uno de los espacios de relacionamiento, que no preparen sus conversaciones, que descuiden otros momentos de interacción hasta el punto de perder credibilidad, - de nada sirve estar muy preparad@ para una presentación o conferencia que dura 20 o 30 minutos, si eres un desastre el resto del tiempo -. 

 

EN TODO MOMENTO Y PARA TODOS

 

Nuestra capacidad comunicativa está presente en todo momento de relacionamiento, tiene diversidad de formas y canales, un gran impacto en la imagen que construimos y no se limita a escenarios, a sonidos o herramientas; es algo integral que implica escuchar, comprender, conectar, sentir, transmitir y tener un objetivo claro que va más allá de los intereses individuales.

Repite esto cada día: una buena presentación dura poco en la memoria de la audiencia, unos rasgos claros se quedarán toda la vida. 

El mayor desafío en el trabajo de mejorar la capacidad de comunicación es superar los mitos, las creencias limitantes y las barreras emocionales que pueden atacar nuestra confianza y efectividad.

Te presto mis ojos para que veas en qué creo a partir de lo que he investigado y medido, descúbrelo aquí

Al cultivar la conciencia y seguir el entrenamiento adecuado a nuestras características y realidades, nos permitirá hacer de nuestra voz una herramienta estratégica para la consecución de nuestros objetivos. 

Te aseguro que hoy solo las personas que trabajan para tener una voz clara, con proyección, nutrida de seguridad, son quienes alcanzan todo aquello que se proponen.

No necesitas seguir improvisando, reaccionando por supervivencia para hacer el mejor uso de este recurso que te pertenece, ven a trabajar tu conciencia de comunicación.

Un abrazo

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