¿Sabes si tus ideas van a producir eco?

Sep 24, 2024
¿Sabes si tus ideas van a producir eco?

Hace un tiempo te hablé de la entropía, uno de mis fenómenos favoritos, que propone el desorden como motor de cambio. Hoy, quiero explorar otro comportamiento físico, pero esta vez desde una perspectiva diferente: el eco. 

Vamos a verlo como una metáfora poderosa para nuestro objetivo de lograr una comunicación memorable. Esa que, una vez que te toca, te da tantas vueltas en la cabeza que no solo te mantiene despierto, sino que te impulsa a compartir la idea con otros.

Así como una pelota lanza en un espacio cerrado rebota entre las paredes, las palabras cortas y la reiteración tienden a resonar con más claridad en la mente. Pero, ¿qué significa esto al momento de transmitir las ideas?

Primero, consideremos la naturaleza del eco. El eco se produce cuando las ondas sonoras rebotan en superficies y regresan al oyente. Es bien sabido que los sonidos simples, que se reflejan de manera clara, son los que mejor funcionan. Conectando esto con investigaciones como el estudio de Smith en 2020, descubrimos que el cerebro humano procesa y retiene más fácilmente información que es breve y repetitiva, favoreciendo la retención de mensajes simples en lugar de los complejos.

Este paralelismo entre los fenómenos físicos del eco y cómo procesamos la información nos ofrece valiosas lecciones respecto a la manera en la que nuestras palabras pueden resonar y perdurar en la mente de quien nos escucha. En nuestro próximo encuentro, profundizaremos sobre cómo podemos aplicar estas ideas para asegurar que nuestras comunicaciones no solo sean escuchadas.

 

La ConCiencia detrás del eco

 

El eco ocurre cuando las ondas sonoras rebotan en superficies y regresan al oyente. Está demostrado que funciona mejor con sonidos simples que se reflejan de manera clara.

Si conectamos esto con estudios como el realizado por Smith en 2020, que muestra que el cerebro humano procesa más fácilmente la información que es breve y repetitiva, favoreciendo la retención de mensajes simples sobre los complejos, encontramos una clara conexión entre estos dos fenómenos.

En este momento de tu lectura, te invito a detenerte y pensar en algún espacio de comunicación que estés preparando. Practica la simplicidad: 

Escribe el mensaje central que deseas comunicar en no más de 10 palabras. Repite este ejercicio hasta que la idea sea clara y contundente. Recuerda, lo que no puedes decir en un minuto, probablemente no lo lograrás en una hora.

 

Dar potencia a lo positivo o a lo negativo

 

Nuestro cerebro tiende a recordar lo que se repite frecuentemente, sin importar si las afirmaciones son positivas o negativas. Un estudio de investigadores de Harvard encontró que repetir afirmaciones negativas fortalece la percepción de estos pensamientos, mientras que enfocarse en afirmaciones positivas puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el bienestar general.

Recuerdo cuando apoyé a una directiva a preparar un espacio de conversación desafiante. Era responsable del equipo comercial y de marketing de una gran empresa, que debía migrar a una estrategia nueva y retadora. Aunque comenzó la difusión con las mejores intenciones, la falta de cuidado en su lenguaje y la ansiedad sobre las implicaciones amplificaron el miedo y la resistencia en su equipo.

Nos reunimos para revisar y ajustar su enfoque. A medida que clarificaba sus propias dudas, fue más fácil resaltar los beneficios tangibles de la nueva estrategia. Preparamos varios encuentros utilizando diferentes formatos para alinear a su equipo con una visión positiva y motivarlos a adoptar los cambios con entusiasmo.

 

Advertencia: El peligro de las palabras vacías

 

En nuestra era, dominada por la superficialidad y la limitada atención, los mensajes vacíos pero sonoros también resuenan, especialmente entre audiencias menos críticas. Esto puede desviar la atención de mensajes valiosos y promover una comunicación superficial, sin propósito y casi siempre sin sustento.

Considera la pirámide de retención del aprendizaje, que muestra cuánta información retiene una persona tras escuchar una conferencia o cualquier forma pasiva de aprendizaje:

- Inmediatamente después: aproximadamente 50% de la información.

- Al día siguiente: cerca del 25%.

- Una semana mas tarde: solo el 10%.

 

Los mensajes que más resuenan son aquellos emocionalmente significativos, claros y breves, similares a las historias cortas, y especialmente aquellos presentados en formatos visuales. Las personas prestan más atención a lo que les parece atractivo y que involucra múltiples modalidades de aprendizaje.

 

Estrategia: Filtra tu Comunicación

 

Antes de compartir un mensaje, pregúntate:

- ¿Contribuye a un objetivo constructivo?

- ¿Qué valor añade?

- ¿Resuena con claridad?

Evita frases de relleno y enfócate en lo que realmente quieres que tenga recordación.

 

Redefiniendo el eco en tu comunicación

 

Haz una lista de palabras que tiendes a repetir. Clasifícalas según su impacto potencial en positivas y negativas. Trabaja en transformar o reemplazar aquellas que puedan ser percibidas negativamente por afirmaciones que se alineen con tus objetivos y valores.

El poder del eco en la comunicación nos enseña que no todo lo que se repite merece ser amplificado. Seamos conscientes de las palabras y frases que elegimos resaltar. Con simplicidad, claridad y una intención bien definida, podemos asegurar que nuestras ideas constructivas sean las que verdaderamente resuenen.

Este punto de conciencia debe convertirse en una práctica constante en nuestras interacciones.

Un abrazo 

Paula

 

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