Empatía en Cuestión: ¿Está la Tuya Realmente Intacta?

En un mundo que nos pide a gritos conexión, en el que las relaciones son vitales, esta palabrita hace la diferencia, es la heroína en muchas realidades que parecen no tener salida y su ausencia puede ser la villana.

Hemos visto que la muestran de una manera romántica, como la brújula que guía nuestras relaciones, el pegamento que une a las comunidades y el puente que cruza las divisiones, la realidad es que es todo esto y mucho más.

Antes de continuar, es necesaria una precisión: La empatía no debe confundirse con la simpatía. No estamos hablando de ser agradables o de ofrecer consejos ligeros para mostrar que tiene intención de resolver problemas, aunque no sea cierto.

Hago este énfasis por una realidad que llegó a nuestra oficina hace un par de meses, cuando conocimos a una vicepresidenta de una corporación que a pesar de tener una gran trayectoria y años de compromiso en la compañía con lágrimas en sus ojos, me contaba que estaba a punto de tomar la decisión de renunciar a su trabajo.

Una de las razones era su líder, una persona carismática, a quien todos en la empresa consideraban simpático y amigable. Siempre tenía una sonrisa en el rostro y palabras amables y cumplidos para todos. Era muy conocido por su habilidad para ganarse a la gente rápidamente. Hasta acá pensaríamos que es el jefe perfecto.

Pero en la medida en que fuimos conversando con ella, entendimos por qué llegaba a este punto de inflexión, no solo estaba pasando por un momento personal extremadamente difícil en donde todo el apoyo que pudiera recibir era poco; sin entrar en detalles innecesarios, concluimos que su lugar de trabajo era su único espacio seguro.

Es aquí donde la precisión en la diferencia entre simpatía y empatía se vuelve crítica, por favor pon especial atención para que sigamos juntos en la misma línea. Cuando hablamos de esta capacidad, nos referimos al superpoder de la comprensión; no solo ves a alguien atrapado en un árbol y por cortesía le preguntas si está bien, sino que subes y te sientas a su lado para entender cómo llegó allí. ¡No te preocupes, no necesitas una capa para practicarla!

Avanzando en la realidad de esta persona que nos buscaba para incrementar la fuerza de su voz, su día a día estaba lleno de reuniones que más bien parecían monólogo, la organización era guiada por una persona que en todos los espacio solía hablar mucho sobre sí mismo, sus metas, lineamientos y sus logros sin escuchar, ver o reconocer a los demás.

Si estás en la búsqueda de tu propia voz te invito a leer este artículo https://www.concienciadecomunicacion.com/blog/busqueda-de-mi-propia-voz

Un comportamiento, que de no ser por su fachada amigable, espantaría a los equipos de trabajo. Ese maquillaje hacía que solo pocas personas entendieran que en realidad su manera de liderar era un reto, algo de lo que él, por supuesto, no era nada consciente.

Piensa ¿Qué es lo que pasa si, sin que te enteres, esta gran aliada ha desarrollado pequeñas grietas, fisuras que alteran imperceptiblemente tu capacidad de comprender y conectar genuinamente con otras personas? 

Te doy la bienvenida al sutil y complejo mundo de esta característica, donde la línea entre una comprensión genuina y la cortesía superficial puede borrarse rápido.

En este artículo, de la mano de las investigaciones que hacemos en Think & Talk exploraremos un tema que a menudo pasa desapercibido pero que suele tener un profundo impacto en tu vida y en el plano profesional: la empatía rota, con el objetivo de ayudarte a navegar por el apasionante mundo de la conexión humana y desde luego activar tu conciencia.

Hablemos de nuestra heroína, la empatía

Es el elemento esencial detrás de las relaciones, la comunicación poderosa, la resolución de conflictos y la colaboración. Sin embargo, no es un rasgo estático; es una habilidad que se perfecciona gracias a la práctica y la autoconciencia.

Para alinearnos, ella es más que una palabra de moda, y que afirmaciones que la simplifican a la capacidad de ponerse en los zapatos de otra persona. Estas definiciones pueden ser muy superficiales para hablar de su magnitud y de lo que debemos cuidar si queremos que nos acompañe.

Se trata de comprender realidades, sentimientos, evitar juicios o clasificaciones, generar conexiones reales y actuar desde la coherencia, todo esto es mucho más que amabilidad y comprensión. Precisamente por su relevancia, Bill Bullard la definió de la manera perfecta al llamarla “la forma más elevada de conocimiento”.

La situación de nuestra cliente fue el punto crítico de esta historia, los colaboradores, empezando por el equipo de ella, comenzaron a darse cuenta de que la simpatía de su líder era solo eso y que realmente carecía de la capacidad de conectarse emocionalmente con ellos.

¿Hay señales de las grietas?

Imagina la empatía como un espejo que refleja las emociones de los demás. Si está intacta, la imagen es clara, y puedes conectar genuinamente. Pero cuando está agrietada, ocurren distorsiones. Eso es preocupante y por eso te entrego un par de señales para que revises cómo está la tuya:

1. Respondes más de lo que escuchas: ¿Te encuentras ofreciendo rápidamente soluciones, afirmaciones o consejos sin dar espacio a las preocupaciones de alguien? Esto podría ser una alerta de que te estás centrando más en ti que en sus realidades.
2. Tienes Atrofia Emocional: Con el respeto de los expertos en temas físicos, es una buena manera de llamar a esta particular situación en la que sientes que estás emocionalmente distante o indiferente ante las alegrías y tristezas de los demás. Este entumecimiento indica una ruptura en tu capacidad de conectar con sus experiencias.
3. Vives en la criticadera activa: ¿Te sorprendes haciendo juicios rápidos o suposiciones sobre las personas y sus situaciones? Esto obstaculizar tu capacidad para comprender sus perspectivas únicas.
4. Solo importas tu: ¿Te distraes con frecuencia durante las conversaciones, ya sea por tu teléfono, tus pensamientos u otras tareas? Estos comportamientos evidencian una falta de interés, presencia y atención.
5. Sufres de fatiga empática: No sé si este sea un término técnico, pero estoy segura de que alguna vez te has sentido emocionalmente agotad@ después de interactuar con los demás y a eso me refiero con este punto, es algo que fácilmente ocurre cuando absorbes demasiado peso emocional sin un autocuidado y depuración adecuados.

Es sencillo identificar, en el ejemplo que te comento, cada una de estas fisuras. Ella nos compartía que si alguien tenía problemas o inquietudes, él los escuchaba de manera superficial, ofrecía respuestas rápidas sin realmente entender sus perspectivas y sentimientos. Incluso cuando algunos de sus colaboradores pasaban por momentos desafiantes en sus vidas, como en este caso, él parecía indiferente.

La moral de la empresa se desplomó poco a poco, y varios talentos comenzaron a buscar oportunidades en otros lugares como lo estaba pensando ella. Aunque el jefe tenía una gran capacidad para construir relaciones superficiales, las conexiones genuinas eran escasas y esto hacía que su equipo se deteriorara gradualmente.

La realidad de nuestra vicepresidenta y la historia de este líder sirven como un recordatorio de que la simpatía es superficial y no reemplaza la empatía genuina en el liderazgo. 

Por más carismático que pueda ser alguien, es la habilidad de comprender y conectar con los demás en un nivel profundo, lo que realmente marca la diferencia en la construcción de relaciones sólidas.

Si te interesa conocer más el tema de construcción de relaciones te invito a leer https://www.concienciadecomunicacion.com/blog/por-que-es-tan-dificil-construir-relaciones-de-confianza

Profundicemos en el chequeo

Ahora que hemos puesto un par de reflectores sobre las señales sutiles de la empatía deteriorada, es hora de hacer una autoevaluación. 

Te comparto una guía para evaluar y empezar a reparar tus conexiones:

1. Escuchar, siiii activamente: Practica la escucha con los cinco sentidos, que garantice que estás dando tu atención plena a quien te habla. Por favor, recuerda que es importante evitar interrumpir o formular respuestas prematuras.
2. Buscar comprender: Haz un esfuerzo por entender las emociones y perspectivas de los demás antes de lanzarte a ofrecer consejos u opiniones, a veces las personas solo necesitan ser escuchadas. Si es necesario, haz preguntas aclaratorias para obtener una comprensión más profunda.
3. Suspender los Juicios: Cuestiona tus suposiciones, clasificaciones y valoraciones. Reconoce que cada persona tiene sus experiencias y razones únicas para hacer las cosas de la manera en que las hace y aunque no estés de acuerdo respétalo.
4. Practicar y perfeccionar el arte de preguntar y responder: Reconociendo las emociones de los demás de una manera genuina. Frases honestas como: "Entiendo cómo xxx" pueden ser de gran ayuda.
5. Ponte el espejo para reflexionar: Dedica tiempo a conocerte y reconocerte. Considera tu propio bienestar emocional y tus límites, descubre tus barreras y juicios.
6. Aprende y Crece: La empatía es una habilidad que se perfecciona con el tiempo. Busca oportunidades para comprender más acerca de las diferentes perspectivas, culturas y experiencias.

Aprovecha el efecto dominó

Reparar tu empatía no solo se trata de crecimiento personal; en el momento en el que lo logras te das cuenta cómo se extiende a tu vida y a tu campo profesional. 

Está claro que, por ejemplo, en el mundo empresarial, comprender las necesidades y perspectivas de colegas, clientes y consumidores es fundamental. 

También es una gran verdad el hecho de que los líderes empáticos están mejor preparados para fomentar la colaboración, resolver conflictos, inspirar y movilizar a los equipos.

La empatía deteriorada es como una grieta en una presa; empieza pequeña, pero si se descuida, puede debilitar toda la estructura. 

En Think & Talk, sabemos que al reconocer y cuidar estas señales sutiles, más la toma de medidas proactivas para reparar nuestras conexiones empáticas, podemos dar un gran paso hacia la construcción de relaciones más sólidas y significativas tanto en nuestra vida personal como profesional.

Entonces, mientras navegas por las complejidades de la interacción humana, tómate un momento para reflexionar: ¿Está tu empatía realmente intacta o hay grietas esperando ser reparadas? En el mundo de la conexión y la comunicación, la respuesta marca la diferencia.

Un abrazo